"El Sol perdido"

      Hubo un tiempo en el que los hombres de los bosques adoraban el sol. Todos sus trabajos y todas sus fiestas se realizaban bajo su maravillosa luz. Para mostrarle al sol su amistad, chicos y grandes encendían grandes fogatas. Era una señal. El sol iba despidiéndose muy contento, y al otro día aparecía con nueva intensidad. Dese muy arriba enviaba sus rayos, que les daban color a las flores y los frutos, y regalaba vida a todos. Esta amistad duró mucho tiempo.
      Pero un día a alguien se le ocurrió construir una casa de piedra. Otros lo imitaron. Como necesitaban espacio comenzaron a derribar árboles. Después a otro se le ocurrió hacer un edificio de cemento donde pudieran vivir varias familias. Así, fueron surgiendo uno a uno los  enormes rascacielos, tan pegados entre si que no dejaban ver el cielo.
      Un hombre que por casualidad miró hacia arriba descubrió que todo estaba muy oscuro. Se sintió muy mal. ¿Dónde estaba el sol? Cuando contó su preocupación a otras personas estas se burlaron. ¿Para qué  queremos al sol? ¿Acaso no tenemos nuestros hermosos edificios de vidrios oscuros?  ¿Acaso no tenemos nuestras brillantes luces eléctricas y nuestros alimentos envasados? Ya no necesitamos el sol si  hasta tenemos estufas y calefacción.
      Pero al tiempo pasó algo que los hizo cambiar de idea, la oscuridad fue total, y cada vez hizo más frío. Tanto que hasta los motores dejaron de funcionar. Comenzó a caer nieve y a cubrir todo.  Los habitantes de los enormes edificios no podían cocinar sus alimentos y las fábricas no podían envaar y las plantas dejaron de producir frutos.
      Pronto morirían de hambre.

Stepán Zavrel
(Fragmento)